10-05-2023
Taja Cheek, conocida artísticamente como L’Rain, es una artista de Brooklyn que nos deleita con uno de los mejores discos de 2021, y se coloca como una amenaza imprevisible (en el mejor de los sentidos) a la que vigilar de cerca.
Y es que etiquetemos a L’Rain en los géneros que la etiquetemos, se van a quedar cortos, porque la neoyorquina es un género en sí misma. En 2017 sacaba su debut homónimo, en el que nos habla de la muerte de su madre. En este predomina una base de r&b, pero en la que los tintes post-punk, rock vanguardista, y esta forma de hacer música como si de un collage se tratase ya acompañaban a la hora de expresar su dolor.
Con Fatigue continúa por esta línea, pero esta vez explotando al máximo esta hibridación de géneros y dejándonos entrar de lleno en su cerebro. Porque Fatige sigue tratando de sus reflexiones, dolor y trauma tras la pérdida de su madre, pero no nos las cuenta a nosotras, se las cuenta a ella misma y nos advierte en la intro, fly, die, con esa primera frase, “all of my voices implant in your brain”, y que si no estamos dispuestos a ello, no lo escuchemos.
Es un disco que supone una sorpresa constante, que apuesta por la no linealidad pero que al mismo tiempo está concebido para escucharlo en el orden que ella establece, y que va dando saltos de canciones que parecen tres distintas dentro de una, a audios personales de diez segundos, con los que no le importa desvelarnos el truco, tirar el telón y que la pillemos en el propio acto de hacer el disco, siendo igual de importantes. Va de ideas grandes a pequeñas, combinando sonidos, para crear en todo este caos un orden perfecto. Y este es el punto del disco, que consigue plasmar de lleno su mente, en un ejercicio que funciona como el propio cerebro, en el que los pensamientos y sentimientos van dando saltos de un lado a otro, y las ideas obsesivas se traducen en letras que recurren mucho a la reiteración, siempre marcado por su propio hilo mental.
A nivel sonoro encontramos esta combinación de géneros (two face es buen ejemplo de ello) y sonidos de guitarras, saxofones, sintetizadores, percusión que se acerca más al R&B, con su voz en susurros en muchas ocasiones, y una atmósfera casi de coro góspel que, del mismo modo que los pensamientos, van ascendiendo in crescendo hasta que explotan para de nuevo volver a la calma (como en find it).
L’Rain arriesga y rompe con todos los códigos posibles sin sacrificar nada por el camino, y este es el resultado, un ejercicio tan personal pero que funciona a la perfección por ser precisamente tan auténtico.
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